lunes, 13 de octubre de 2014

Una elección sin vuelta de hoja

Las elecciones de ayer fueron definitorias: el Movimiento al Socialismo de Evo Morales Ayma se preparó para el asalto final —electoral— de los otrora bastiones opositores: Chuquisaca, Tarija pero, sobre todo, Santa Cruz y Beni, y logró buenos resultados —el menor de éstos en Beni (43%), el mayor en Chuquisaca (62%), un 49% muy bueno en Santa Cruz. La apertura gubernamental hacia sectores productivos del Oriente y las inversiones locales —durante la Cumbre Extraordinaria y fuera de ella— rindieron sus frutos.

Con la segunda mejor votación de las elecciones en que ha triunfado —ahora 61% (números redondos); 54% en 2005 y 64% en 2009—, no queda duda que la gestión gubernamental ha sido mayoritariamente aprobada, aunque los resultados hayan estado lejos del 74% que fue meta de la campaña del MAS-IPSP y algo menos que los resultados de 2009, plausible en el lógico desgaste de una gestión.

Varias conclusiones importantes para el ganador: El apoyo al gobierno es fundamental en todo el país —sólo en Beni un partido opositor (UD) le supera y en Santa Cruz el conjunto de la oposición sólo le saca la mínima, pero crece en ambos (en el resto la oposición siempre es menor en conjunto)—; en las regiones donde el MAS-IPSP ha sido fuerte —La Paz, primer lugar en su votación; Cochabamba, Potosí y Oruro— se consolida aunque decrece (todos los datos de 2014 son conteo rápido) —Oruro (2014: 65%; 2009: 79%) y Potosí (2014: 66%; 2009: 78%), los mayores bajones (entre 14 y 12%); La Paz (2014: 70%; 2009: 80%); Cochabamba (2014: 66%; 2009: 69%)— pero crece en Tarija (2014: 52%;2009: 51%), Chuquisaca (2014: 62%; 2009: 56%), Beni (2014: 43%; 2009: 38%), Pando (2014: 53%; 2009: 45%) y Santa Cruz (2014: 49%; 2009: 41%), el más significativo, en cantidad de votos y porcentaje.

El descenso importante en Oruro y Potosí —sobre todo éste, por las inversiones estatales y foráneas realizadas—, siempre firmes bastiones, a pesar de haber ganado es un llamado de alerta a la gestión gubernamental y del MAS-IPSP. Sin dudas, el crecimiento de su caudal electoral en regiones donde era menos importante no debe olvidar el descenso en las que era muy fuerte.

Fuentes: El Deber y Equipos MORI. 

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