Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano. (Martin Luther King)
Concluye 2011 y se inicia un 2012 que los agoreros fatalistas anuncian como el del fin del mundo y los optimistas como el del inicio del fin de la crisis económica que golpea a todos.
Y como siempre milito en el bando de los optimistas, no puedo ni quiero que 2011 termine sin expresar, para Uds. y también para mí, mis mejores deseos:
DESEO un 2012 sin violencia de género, para que ninguna mujer tenga que volver a sufrir el dolor y la vergüenza que sufrieron este año Marie-Danielle y Bertille. Porque también deseo que todos nos demos cuenta, desde la más temprana edad, que respetar a los demás –no importa si es de otro género, de otra religión, de otro color de piel o de otra preferencia sexual– es la única forma de que nos respetemos a nosotros mismos.
DESEO que 2012 sea un año de adviento de justicia para todos, una Justicia que no se deje corromper ni por el dinero ni por las prebendas, que sea ciega en sus decisiones pero nunca muda ni menos aun sorda, para que actúe con rectitud y firmeza, independiente y sin perder la justeza que la nombra, porque en Nuestra América la extrañamos y la necesitamos.
DESEO un año donde todos dialoguemos, donde escuchar y aceptar lo que con fundamento se debata, aunque sea diametral a lo que pensamos, sea razón de nuestro accionar. No sigamos no queriendo escucharnos y negarnos entre nosotros mismos, porque siendo ciudadanos de esta Latinoamérica donde casi todos hablamos la misma lengua o la comprendemos, no pasamos de comprender a entender y, mucho menos, a aceptar.
DESEO, también, un mundo donde no se discrimine ni se rechace al vecino o al extraño, donde no se mienta ni se persiga al inocente (pero sí al criminal), donde todos tengamos los mismos derechos y los mismos deberes y estemos orgullosos de ello.
Esta semana que pasó, me postearon –anglicismo devenido en neologismo–un fragmento del discurso final del actor mexicano Mario Moreno Reyes (Cantinflas) en el filme Su Excelencia [1967], donde el personaje Lopitos se dirige a una Asamblea de Naciones des-Unidas. Que éste sea mi regalo de Fin de Año para todos mis amigos lectores:
«No les he hablado a ustedes como Excelencia sino como un simple ciudadano, como un hombre libre, como un hombre cualquiera que cree interpretar el máximo anhelo de todos los hombres de la Tierra: El anhelo de vivir en paz, el anhelo de ser libres, el anhelo de legar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos un mundo mejor en el que reine la buena voluntad y la concordia. Y qué fácil sería lograr ese mundo mejor en que todos los hombres, blancos, negros, amarillos y cobrizos, ricos y pobres pudiésemos vivir como hermanos, si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan orgullosos, si sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras que hace 2000 años dijo aquel humilde carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: “Amaos, amaos los unos a los otros”.»
Referencias:
http://www.youtube.com/watch?v=HaowGxU4dkM&feature=share
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