De football y fútbol. La entrega anterior empecé a escribir una serie de comentarios sobre lo que más nos llena los medios –sin contar los avatares internos bolivianos–: la Copa Mundial de Fútbol.
La 19ª. Copa hizo historia por 2 records en sus Octavos de Final. Ha sido la más universal, pues Europa –por vez primera desde que estableció esta modalidad en México ´86– sólo tiene 38% de los equipos participantes, después que en las 6 Copas anteriores siempre tuvo 63% –excepto en la de 2002, que descendió levemente a 50%–; y ha sido la más “latinoamericanizada” por haber colocado en esta etapa, por primera vez, 6 equipos –con la novedad de tener la misma cantidad que Europa.
De football. Europa ha sido –sin contar África– la Federación que más equipos han tenido que abandonar la Copa en las Eliminatorias, con 7 delegaciones: Dinamarca, Eslovenia, Grecia, Serbia, Suiza, Italia y Francia –con escándalo nacional.
Al momento de escribir estas líneas, Inglaterra y Eslovenia ya salieron de contienda.
De fútbol. De América Latina, sólo Honduras perdió su clasificación a la segunda etapa, sin haber ganado ningún partido. Por el contrario, los otros 6 países –Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay, México y Chile– pasaron a los Cuartos de Final con el entusiasmo de clasificarse a esta ronda.
Lamentablemente, 4 países nuestros, por avatares de la distribución, han tenido que eliminarse entre sí: México por Argentina y Chile por Brasil.
De economía. Todo esta fuerza de equipos de América Latina ¿ha sido resultado de que la experiencia internacional de nuestros jugadores –Messi, Kaká, entre muchos– en equipos de primer nivel, casualmente europeos? Por el contrario, ¿los europeos decrecen porque sus mayores equipos son formados en su mayoría por jugadores extranjeros –principalmente latinoamericanos (brasileros y argentinos, sobre todo) pero también muchos africanos?
Estas dos respuestas no me explican –al menos totalmente– este nuevo escenario. Y necesito una más “global”: la economía y la crisis.
Desde 2008, el término “crisis global” ha entrado en nuestras diarias conversaciones. Cuando se inició con el descalabro de las hipotecas en EE.UU., los pronósticos fueron desde optimistas –una coyuntura delimitada y una rápida recuperación– hasta catastróficos –el fin de la economía mundial como la conocemos. Como siempre, ninguno de los extremos fue real.
El PIB mundial disminuyó en 2009, según el Banco Mundial, en 2,2% pero para este año pronostica aumento de 2,9% y 3,2% en 2011. Sin embargo, el mayor crecimiento corresponde para los países en desarrollo, con especial lugar para América Latina: 2009: 1,2%, 5.2% este año y 5,8% en 2011. La diferencia con los países desarrollados es significativa: 2009, -3,3%; 2010, 1,8%, y 2011, 2,3%.
Esta crisis económica repercutió sensiblemente en una crisis emocional y de autoestima en la población de los países más afectados. Entonces, no sería arriesgada la hipótesis de que los futbolistas de nuestra América Latina –por primera vez mejor preparada para afrontar una crisis que las grandes economías– estaban emocionalmente en buenas condiciones de afrontar sus retos.
Es mi criterio. ¿Y el suyo?
p.d.: Adelanto mi campeón (desde el corazón): Brasil.
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