Voy a prestarme la definición que usó la periodista Fabiola
Santiago para referirse a la política antiinmigratoria del presidente Trump
[“Proyecto migratorio de Trump busca ‘Hacer a América blanca de nuevo’ y que
sólo hable inglés”, El Nuevo Herald, 07/08/2017], las tantas medidas que la
Administración Trump ha tomado contra la inmigración —ilegal para
latinoamericanos, legal para musulmanes—, la mayoría legalmente vetadas y otras
(como la niña hondureña que motivó la portada Welcome to America en la revista Time)
reculadas ante las fuertes críticas.
La frase de Santiago desnuda —como la política
antiglobalizadora que analicé en un comentario anterior— los temores atávicos
de algunos sectores estadounidenses respecto del mundo exterior —sobre todo en
aquellos (descendientes de migrantes todos) hoy rezagados de los beneficios de
la integración y que encuentran en los inmigrantes su presunta Némesis. Trump
no ha sido el creador ni del rechazo al migrante ni a la globalización: sólo ha
sabido, muy eficiente electoralmente, aprovecharse de ellos.
Afortunadamente, el equilibrio de poderes funciona en los
EEUU y muchas de las medidas contra los inmigrantes han sido revertidas o no
han avanzado más que en su promulgación. La reciente decisión judicial que
ordena la pronta reunificación de las familias separadas en frontera da otro
golpe a la política de “tolerancia cero”, la que ya había tenido que ser
modificada por el presidente la semana pasada ante el rechazo generalizado;
esto se une al amplio fracaso en el Congreso —301 contra 121— de la reforma
migratoria impulsada por el gobierno.
La “victoria” en la Corte Suprema al aprobar —5 a 4— la
tercera versión del veto migratorio contra 5 países musulmanes es una
escaramuza parcial. La batalla continuará, de ambos lados.
Información consultada
https://elcomercio.pe/mundo/actualidad/revista-time-enfrenta-donald-trump-nina-inmigrante-portada-noticia-529592
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