martes, 29 de agosto de 2017

Se acerca el fin de ciclo



Latinoamérica ha vivido ciclos políticos con mucho de caudillismo, plagados de épocas dictatoriales —caudillos a veces descarnadamente militares y otras vestidos de civilismo como José María Velasco Ibarra en Ecuador y Getúlio Dornelles Vargas en Brasil—, con ciclos liberales y conservadores que marcaron mucho de los siglos 19 e inicios del 20, el de las redemocratizaciones iniciado en Venezuela en 1958 —que en cortos años dio un mapa de gobiernos democráticamente electos, lamentablemente muy corto en general—, el de las guerrillas —de diversas tendencias ideológicas pero, al menos en el inicio, comprometidas por reivindicaciones sociales, muchas motivadas y promovidas por la triunfante en Cuba de 1959— que se inicia en los 60 y llega hasta hoy, el nefasto entre 1970-1980 de los gobiernos del Plan Cóndor —la tenebrosa multinacional represora clandestina de las dictaduras de Chile, Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay (y, eventualmente, las “dictablandas” de Ecuador y Perú y las democracias de Venezuela y Colombia)—, la nueva redemocratización —iniciada en 1982 en Bolivia y continuada por Argentina— y la etapa neoliberal —experimentada por las dictaduras en Chile y Argentina durante los años 70 y ampliamente promovida en la Región entre 1985 e inicios de los años 2000— hasta llegar a la Revolución Boliviariana, principalmente luego de 2002.

Esta introducción es para entender el sentido etápico del bolivarianismo post 1999 que se nutrió de diversas fuentes: el marxismoleninismo del castrismo cubano, la revolución permanente del Foro de São Paulo, el marxismo de la Fundación CEPS española —generatriz de PODEMOS— y, con mucho su bandera: el socialismo del siglo 21, que le ofreció un discurso marxista nuevo—a pesar de sus innumerables costuras decimonónicas o fracasadas en el veinte—, simple y atractivo que provocaba menos rechazo que otro eminentemente marxistaleninista.

Tampoco podría entenderse la expansión latinoamericana de la Revolución Boliviariana sin el boom de los precios del petróleo ni el fracaso del período neoliberal. En 2008, en plenas crisis estadounidense y en el Oriente Medio, el barril de crudo subió a 144 dólares el barril. Ese año, el bloque de la ALBA-TCP —fundada por Cuba y Venezuela en 2004— gobernaba en Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Honduras (además de algunos países caribeños) y a poco recibió el apoyo tácito del gobierno del FMLN en El Salvador y del Frente Guasú en Paraguay y, con los gobiernos miembros del Foro de São Paulo —incluyendo Argentina, Brasil y Uruguay—, marcaban el paso ideológico en Latinoamérica. Gracias a sus abundantes petrodólares, Chávez Frías pudo empezar su sueño —fracasado para la Revolución Cubana— de separar Latinoamérica de EEUU creando, primero, en 2005 PETROCARIBE con beneficios para países importadores de petróleo —a la vez un importante instrumento de mediación política que ese mismo año sirvió para elegir secretario general de la OEA al candidato bolivariano—, en 2008 UNASUR —hoy sin secretario general desde enero pasado— y la CELAC en 2011 en contraposición a la OEA, hoy prácticamente desaparecida tras el reforzamiento de ésta por la actuación de Luis Almagro Lemes frente al madurismo.

En la actualidad, los gobiernos de la ALBA son Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua y sólo El Salvador le apoya, el Foro de São Paulo ya no gobierna en Argentina ni Brasil y el petróleo venezolano está a 45,54. Huelga hablar de declive político.



Información consultada


https://peru21.pe/mundo/6-muertos-finalizo-primer-dia-maniobras-militares-venezuela-373289

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