martes, 6 de junio de 2017

¿Por qué yihadismo en el Reino Unido?


El sábado pasado, Londres se remeció nuevamente con un doble ataque registrado en el centro de Londres cuando varios hombres atropellaron con una furgoneta a una veintena de personas en el Puente de Londres para continuar en el vecino mercado de Borough atacando a los presentes a cuchilladas y disparos, el tercero en dos meses en el Reino Unido y el séptimo con víctimas desde 2005.

Una cronología de los atentados yihadistas en Europa y sus 576 víctimas mortales puede dar una idea del avance y geografía del terrorismo islámico: 2004, explosiones en cuatro trenes en Madrid (España): 191 muertos, más de 1.600 heridos (Al Qaeda). 2005, tres explosiones en el metro y un autobús en Londres (Reino Unido): 56 muertos, 700 heridos (Al Qaeda); quince atentados con explosivos abortados (Reino Unido). 2007, atentados con explosivos abortados en el aeropuerto de Glasgow y en Londres. 2012, atentado en el aeropuerto de Burgas (Bulgaria): 9 muertos. 2013, un soldado es atropellado y acuchillado en Londres. 2015, asalto al semanario Charlie Hebdo en París (Francia): 12 fallecidos; muere un policía en un tiroteo en París; mueren 4 rehenes en mercado kosher en París; ataque en un centro cultural y una sinagoga de Copenhague (Dinamarca): 2 muertos, 5 heridos; seis atentados en París: 130 muertos y más de 300 heridos; dos acuchillados en el metro en Londres. 2016, atentados en el aeropuerto y el metro de Bruselas (Bélgica): 32 muertos, 300 heridos; dos policías asesinados en Magnanville (Francia); 84 muertos, más de 100 heridos arrollados con un camión en Niza (Francia); ataque con hacha en un tren en Baviera (Alemania): cuatro heridos; un sacerdote de 86 años fue degollado en Saint-Etienne-du-Rouvray (Francia); 12 muertos arrollados en Berlín (Alemania). 2017: 5 muertos atropellados y un policía acuchillado en Londres; un camión atropella transeúntes en Estocolmo (Suecia): 4 muertos, 12 heridos; un suicida explota bombas en Manchester (Reino Unido): 22 muertos, 119 heridos.

El recrudecimiento de los atentados desde 2015, primero en Francia y últimamente en el Reino Unido da varias líneas: el uso de explosivos pero, sobre todo, de atropellamientos y cuchillos (éstos “terrorismo low cost”); la mayoría de los terroristas más cruentos son naturales o residentes de años en donde atentan, muchos islamizados recientemente; en varios de los casos cruentos, las autoridades locales tuvieron información de sus tendencias terroristas pero —como con los hermanos Tsarnaev en Boston— no la profundizaron. Lo último: tanto Francia como Reino Unido han sido altamente tolerantes con las mezquitas e instituciones salafistas, la tendencia actual más conservadora del Islam y promovida por Arabia Saudita y Qatar —ahora enfrentados—, “casualmente” sus proveedores principales de hidrocarburos.

No me quedan dudas que muchos de los atentados pudieron prevenirse, ya fuera por mayor control antiterrorista —recién el domingo la primera ministra Theresa May las anunció, falta ver si serán tan inviables como muchas de las de Tony Blair en 2005—, controlar adecuadamente la migración —impulsada egoístamente en las economías desarrolladas para conseguir mano de obra, aún hoy la mayoría de la ola migrante—, frenar el extremismo salafista —interesadamente aceptado— y promover la inserción cultural y socioeconómica y no el falaz “políticamente correcto multiculturalismo” que ha promovido la instalación de guetos.


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