domingo, 15 de febrero de 2015

Chile espera respuestas transparentes


A la Presidente Bachelet Jeria este nuevo período le debe resultar, al menos, incómodo: a los problemas internos de su coalición —democristianos y ex líderes estudiantiles jalándola para lados contrarios, con peligro de romper la cuerda— y a la caída del precio del cobre —mejor manejado que otros proveedores de commodities por su Fondo Soberano de Estabilización Económica y Social—, se le suma una bomba de corrupción en su entorno familiar que puede costarle muy cara: el sonado caso de tráfico de influencias de su hijo Sebastián Dávalos Bachelet — hoy ex alto funcionario de la Presidencia— y su esposa, Natalia Compagnon Soto.

Pasando por alto todo el contenido del escándalo, a nadie puede quedarle dudas que el lograr que el vicepresidente del Banco de Chile —Andrónico Luksic Craig, tataranieto del héroe defensor de Topáter, Eduardo Abaroa Hidalgo—, sin lazos de amistad con ellos, los recibiera entre la primera vuelta electoral y el ballotage —con Bachelet Jeria ya de segura ganadora— y les concediera un millonario préstamo más allá de las posibles garantías empresariales al día siguiente de ser reelegida la madre de Dávalos Bachelet y suegra de Compagnon Soto tuvo que ser una consecuencia de utilizar —con su consentimiento o no— su nombre.

Algo muy feo en una sociedad que en esos mismos días estaba destapando y criticando crudamente la financiación encubierta de partidos y políticos y el tráfico de influencias —el affaire Penta—, que afectaba principalmente a uno de los partidos de la coalición anterior…

Si algo bueno queda hoy es que la transparencia en Chile es un buen veedor del comportamiento de la clase política. Falta ver que nos depara mañana.


Información consultada

http://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Abaroa_Hidalgo

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