Me he prestado la famosa frase atribuida al expresidente
mexicano Luis Echeverría Álvarez para caracterizar a Andrés Manuel López
Obrador (AMLO), recién elegido presidente de México y lo hago por dos
razones: porque el discurso de poder de AMLO tiene sincronía con la “época
dorada” priista —Echeverría
Álvarez fue el epítome de lo que Mario Vargas Llosa denominó “La Dictadura
Perfecta”— y porque el concepto de “izquierda” de López
Obrador mezcla el caudillismo de entonces —como señalaba Enrique Krauze Kleinbort en “La vuelta del
caudillo” (The New York Times, 27/05/2018)— con
el “socialismo 21” del chavismo —aunque AMLO trate de desmarcarse
de la cercanía que le tuvo Hugo Chávez Frías.
¿Por qué lo afirmo? AMLO se formó y creció políticamente
dentro de ese PRI desde mediados de los años 70 —dentro del sexenio
presidencial de Echeverría Álvarez—
hasta 1989 que se une al nuevo Partido de la Revolución Democrática (PRD),
con el cual fue gobernador de Tabasco y Jefe de Gobierno del Distrito Federal; durante
este último período (2000-2005) implementó medidas sociales sobrecargando el financiamiento
público —la deuda pública del DF en su período aumentó de más de 32 mil
millones de pesos a más de 41 mil millones de pesos—, fue exitoso en bajar
moderadamente la delincuencia pero creció el desempleo, bajó la inversión
foránea y los escándalos de corrupción se sucedieron continuamente —aunque
fueron en su círculo cercano, no le “salpicaron”.
Para sectores de la izquierda latinoamericana —sobre
todo entre los desplazados del poder—, la elección de AMLO es el triunfo
nuevamente de esa izquierda en la Región, la misma que acepta como válido
defender sin cuestionar a cualquiera que se autocatalogue de izquierda, llámese
Maduro, Kirchner o Correa. ¿Pero esto es certero? Aunque muchos sectores populares
y de izquierda mexicanos —no todos— se agruparon alrededor de su
Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y para estas elecciones se le
alió el Partido del Trabajo (PT) de tendencia socialista 21, también se le
alió el Partido Encuentro Social (PES) de centroderecha-derecha y
catalogado como confesional cristiano —AMLO describió esa alianza «para
buscar el bienestar del alma».
López Obrador será por un buen tiempo el último de los “Salvadores
Universales” a los que Latinoamérica ha sido tan proclive —Álvaro Uribe Vélez lo
sigue siendo en la sombra. En resultados preliminares, MORENA ganó con más de
53% de los votos válidos y será mayoría en el Congreso de la Unión (como
Chávez Frías y Morales Ayma); su mayor reto estará en negociar —migración,
narcotráfico, TLC— con Trump, ambos similares: proteccionistas, endogámicos,
populistas, ególatras.
Echeverría Álvarez —quien se autodenominaba “de izquierda”—
también dijo: «Antes estábamos a un paso del precipicio... ahora hemos dado un
paso al frente.»
Información
consultada
http://www.eluniversal.com.mx/columna/alejandro-hope/nacion/para-ser-oposicion
http://www.la-razon.com/opinion/editorial/Cambio-Mexico_0_2957704281.html
http://www.nacion321.com/partidos/7-escandalos-que-hicieron-quedar-mal-a-andres-manuel-lopez-obrador
https://www.nytimes.com/es/2018/07/01/opinion-krauze-amlo-lopez-obrador
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