miércoles, 24 de julio de 2013

Con la mira en los más pobres

Cuando mañana lunes el Papa Bergoglio pise suelo carioca, se enfrentará a varios retos: acercar a los jóvenes a la Iglesia católica con un discurso comprometido y renovado; recuperar feligreses frente a los movimientos evangélicos; conciliar con la Teología de la Liberación —en el país donde se potenció—; contemporizar con las voces disidentes —aborto, ordenación femenina, matrimonio gay— pero, sobre todo, afianzarse como el “Papa de los pobres”, como lo ha definido la revista Time, en medio de los reclamos de las clases medias y populares que actualmente sacuden a Brasil.

Uno de los principales reclamos —el costo de la visita para el Estado, considerado entre $us 50 y 90 millones— puede ser ampliamente compensado por los más de 500 millones que aportarán, en gastos locales propios, los peregrinos. Su solidaridad con los más desposeídos se reafirmará, ahora fuera de Roma, en este viaje visitando favelas y hospitales en contacto personal con los necesitados —dolor de cabeza para las fuerzas brasileñas encargadas de su seguridad—, lo que podrá prevenir —o, al menos, reducir— el impacto de protestas sociales y junto con los jóvenes, con más fuerza que las autoridades, darle seguridad frente a los más radicales.

Su estilo directo y sencillo y su carisma —que recuerda, aunque más conciliatorio, al impactante de Juan Pablo II—, unido con su fuerte compromiso con los pobres, deberían ser motivo de éxito en este primer viaje desde su elección.

Francisco, con el baño de multitudes del Encuentro Mundial de Juventudes —que siempre fue tan beneficioso para Juan Pablo— tiene la oportunidad de confirmar su liderazgo y potenciar su pastoral. Con seguridad no lo va a desperdiciar.

Referencias

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