martes, 4 de septiembre de 2012

“Carnaval” en septiembre


 “Resulta totalmente imposible gobernar un pueblo si éste ha perdido la confianza en sus gobernantes.” [Confucio]

En “Cosechar líderes” (24/07) reclamaba la ausencia de liderazgos en Santa Cruz y la necesidad imperiosa de construirlos. 

Principal actividad de los partidos —y huelga decir: no caudillistas— es formar nuevos liderazgos que les den continuidad, pero la crisis del sistema de partidos en Bolivia ha truncado esta fundamental supervivencia política: Convergencia Nacional no es partido sino es (fue) consecuencia de la urgencia de sobrevivir; el Movimiento Sin Miedo es, aún hoy, Del Granado Cosío —aunque, como en el PRD mexicano, surjan alternativas que se destacan y militancias valiosas— y su búsqueda de ser el equilibrio rehúye el centro perfecto; Unidad Nacional no deja de ser Doria Medina Auza —con Murillo Prijic como figura regional— y mientras no supere parecer un partido-propiedad no logrará más réditos que los del fracaso en 2009 —su búsqueda de Unidad opositora debe salvar el pecado pretendido del beneficio—; los VERDES (Verdad y Democracia Social, agrupación ciudadana que no se debe confundir con homónimos ecologistas locales y foráneos) es Costas Aguilera y hoy aún no es alternativa —como no fue en 2008. Para el final, el Movimiento al Socialismo: surgido desde el MAS-Unzagista —desgajamiento izquierdista en 1987 de la Falange Socialista Boliviana—, devenido en MAS-IPSP (Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos) en 1997 y en el Poder desde 2006, ahora —con vistas a 2014— trata de configurar sus liderazgos secundarios en Congresos regionales pero choca con un problema: el liderazgo capital de Morales Ayma ocluye cualquier otro porque, en el imaginario social, el MAS es —y seguirá siendo— él, su Líder.

Toda esta paráfrasis me ayuda a regresar a Santa Cruz de la Sierra, la ciudad donde vivo y de la cual me siento parte y me duelo y avergüenzo por la des-gobernabilidad —que no tiene que interpretarse como «ingobernabilidad», que es “falta de” cuando lo que pasa es “abuso” (con nosotros)— que hoy la aqueja.

“Disidentes”, “oficialistas”, “opositores” son vertientes de un mismo problema: Un Poder municipal, azaroso desde hace meses y vergüenza en su Legislativo, que deja sin balance y librado a su singular albedrío al Ejecutivo y que ofende con peleas y chicanas a todos los cruceños —nacidos o por decisión propia—: Eso es “Carnaval” en Septiembre, su aniversario.

Días atrás, en FB el periodista Tuffí Aré —uno de los formadores de Opinión principales y más mesurados del Oriente— posteaba que un concejal “disidente” invitado a su espacio “Asuntos Pendientes” de El Deber Radio había denunciado que “hay empresas que se repiten en los contratos de diversas obras del municipio” [sic] y algunas de las respuestas midieron el pensamiento social actual: “y porque [copio textual] la denuncia despues de dos años ??? o es que antes no se fiscalizaba????” Y alguien repetía la propuesta que circula: revocatorio de todos los munícipes y nuevas elecciones locales ya.

Yo la comparto.



Referencias

      

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