“De santos amargados, líbranos, Señor.” [Santa Teresa de Jesús]
¿Qué está pasando en el Grand Old Party?
Es como si un enorme elefante hubiera perdido su rumbo y entrara en una cristalería ante el desconcierto de los presentes y corriera con varios mahaouts —sus guías o montadores— sobre el gran animal.
Porque eso es lo que está pasando al Partido Republicano de los EE.UU. en su camino hacia su Convención: El elefante es el GOP, la cristalería sus partidarios y los mahaouts Romney y Santorum con Gingrich casi en la cola del animal —y aún aferrado a ella, Paul.
Un deambular a bandazos de caucus: Rick Santorum captando el descontento del votante republicano más conservador pero asustando al liberal; Mitt Romney, el liberal, aferrado a su escasa ventaja —insuficiente para la postulación, hasta ahora— y ya sin un rumbo político fijo, más allá del que le dictan las consignas de Santorum y el espejismo de los votos que éste obtiene; Newt Gingrich, conservador con la aureola de la Era Reagan aún, restándoles votos a Santorum, ahora más para ser factor de negociación que posible candidato, y Ron Paul recordando a todos que siempre ha existido una tercera vía: los libertario —inviable para ganar pero presente en el pensamiento norteamericano.
Y al margen de estos candidatos pero definiendo la campaña de Santorum —y la de Gingrich— y obligando a la de Romney a bandearse: El Tea Party Movement, el nuevo factótum del Partido Republicano, con su simple mensaje de volver a los orígenes de la República y —como entonces— sin un líder único, cuya estrategia electoral ha sido la misma de Obama en 2008 —aunque les horrorice admitirlo—: captar a todos los inconformes apartados de la política —y hastiados de los partidos— y hacerlos votar para cambiar al país en medio de una crisis. La diferencia con los demócratas es sólo de orientación y de situación: Obama y los demócratas les dieron un mensaje de centro en el peor momento de la crisis económica y el Tea Party se los da de derecha cuando la recuperación no llega aún al país profundo con el éxito ansiado.
El largo camino hacia la confrontación
Para llegar con opciones a la semana del 27 de agosto de 2012 y salir postulado en la Convención Nacional Republicana en Tampa, Florida, aún les falta a Romney y a Santorum —y a Gingrich como su zapador, a la espera de que alguno de los 2 lo elija como su vicepresidente— un largo trecho por recorrer en gran parte del país para ganar adherentes y sus delegados.
Desde el 3 de enero de este año y hasta este domingo 18 de marzo, 32[1] estados y territorios habían celebrado sus caucus y primarias y el victorioso inicio de Romney se ha ido ralentizando. Romney ha ganado 18[2] y obtenido 519[3] delegados, mientras Santorum ha sido vencedor en 10[4] y tiene 234 votos —faltan los de Misuri. Por su parte, Gingrich ganó Carolina del Sur y Georgia —que representó en el Congreso— y está con 141 delegados y Paul las Islas Vírgenes y sus votos para la Convención son 65.[5] Pero aún faltan 24 elecciones, que aportarán 1.348 delegados, más que los actualmente obtenidos.
El camino hasta estas primarias ha sido bastante reñido y con abundantes “sacrificados”: Iniciado con preferencias por el candidato afroamericano Herman Cain —que abandonó la contienda con acusaciones, negadas, de acoso sexual y de adulterio—, el primero en salir de contienda fue Tim Pawlenty y luego Gary Johnson, todos en 2011. Ya en plenas primarias, se retiraron por sus malos resultados Michele Bachmann, Jon Huntsman y Rick Perry.
Un análisis territorial de las victorias de los principales precandidatos aún en contienda permite comprender mejor los réditos electorales: Romney ha ganado los estados más desarrollados del Este y del Oeste junto con Florida y Alaska, mientras Santorum —y, en menor escala, Gingrich— ha dominado en el Centro y Sur del país, no casualmente los estados agrícolas y los que menos han recibido los beneficios de la relativa recuperación de la economía estadounidense.
Y ésa es la verdadera apuesta: Willard Mitt Romney, el acaudalado empresario mormón moderado que gobernó exitosamente Massachusetts, no logra vencer la desconfianza política —ni económica— de los votantes de los estados más afectados por la crisis ni la religiosa de evangélicos fundamentalistas —casualmente relevantes en esos mismos estados— mientras Richard John Santorum, católico conservador[6] y exsenador por Pensilvania, se ha hecho abanderado de las posiciones más conservadoras[7] y eso lo ha hecho muy atractivo para los seguidores del Tea Party, de quienes Romney —a pesar de sus últimos y destacados intentos— no ha podido obtener apoyo.
Lo que faltará después
Cuando Romney y Santorum lleguen el 27 de agosto al Tampa Bay Times Forum por la postulación republicana, con gran posibilidad ninguno habrá obtenido los 1.144 votos necesarios y tendrán que ir a intensas negociaciones, donde los delegados de Gingrich tendrán un gran peso —a cambio de la postulación vicepresidencial. Con ello, se cumpliría el peor temor republicano, como advertía en CNN Juan Hernández, estratega hispano del GOP: Llegar a la Convención sin un candidato definido como ganador y tener que decidirlo allí mismo, con todas las heridas y concesiones que se necesiten hacer, repitiendo la brokered convention de 1976 entre Reagan y Gerald Ford.
Para felicidad, algarazas y regocijo de Obama y los demócratas, porque un candidato sin consenso verdadero es un débil contrincante, porque divide su partido.
Si no lo cree, pregúntenselo a Madrazo y el PRI en México el 2006.
Referencias:
[1] Misuri 2 veces.
[2] Nuevo Hampshire, Florida, Nevada, Maine, Arizona, Míchigan, Washington, Alaska, Idaho, Massachusetts —donde fue Gobernador—, Ohio, Vermont, Virginia, Wyoming, Guam, Samoa Americana, Hawái y Puerto Rico.
[3] A los 496 que tenía, le he sumado los 23 de Puerto Rico porque sus reglamentos partidarios locales hacen que un candidato con más de 50% de votos, se lleva todos los delegados, y Romney arrasó con cerca de 80% de los votos, una victoria que le ayuda antes del Illinois.
[4] Iowa, Colorado, Minnesota, Misuri —aunque la primaria de febrero no era vinculante, como sí lo son los caucus del sábado pasado, que nuevamente ganó pero cuyos resultados recién se conocerán a final de la próxima semana—, Dakota del Norte, Oklahoma, Tennessee, Kansas, Alabama, Misisipi. Si nos atuviéramos a la cantidad de elecciones —y no de territorios— ganadas, Santorum tiene 11, porque en 2 ocasiones ha ganado Misuri.
[5] El precandidato Jon Huntsman obtuvo 2 delegados en la primaria de Nuevo Hampshire el 10 de enero, antes de retirarse de la contienda.
[6] Santorum se ha “ganado” el rechazo de los colectivos homosexuales —cuyas prácticas sexuales ha comparado con el abuso de menores, el incesto y la zoofilia, además de oponerse a los matrimonios del mismo género— y de las feministas —por su oposición al control de la natalidad. También ha manifestado públicamente su adhesión al “diseño inteligente” y propone incluirlo en el currículo de todas las escuelas.
[7] Enemigo de los impuestos y del Estado regulador en la economía, partidario de la privatización del Seguro Social, entusiasta defensor de la invasión de Irak y constante reclamador de la amenaza del islamismo militante, Santorum se opuso a la reforma integral de la ley de inmigración —con lo que perdió apoyo hispano.
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